La conciencia global con respecto al cambio medioambiental y la demanda de productos cada vez más naturales y auténticos han creado un nuevo concepto de turismo sostenible que busca no sólo parajes naturales, sino también recursos sociales que son el resultado de la adaptación de una comunidad local a su medio.
El producto enológico se ha convertido en un fenómeno a nivel global, siendo un motor para el desarrollo económico y social en las zonas rurales, y la cultura del vino propiamente dicha supone un nuevo concepto motor para la atracción de un turismo sostenible.
En La Gomera, la uva “Forastera Gomera” lleva en la isla más de 400 años. Llegó a la capital con la conquista, plantándose primero en áreas de costa y posteriormente en medianías para extenderse y adaptarse a las distintas zonas climáticas de la isla, llegándose incluso a cultivar en las mismas faldas del Parque Nacional de Garajonay.
La enología en La Gomera ofrece una experiencia singular, expresada a través de un patrimonio cultural heroico, nacido como consecuencia de moldear las laderas de un paisaje extraordinario de montañas escarpadas donde se cultiva una viña única en el mundo.Se trata de una viña con características únicas, resultado de su aislamiento y adaptación a la particular forma de cultivo en bancales y los condicionantes climatológicos.
Este cultivo en bancales se convierte muchas veces en una actividad de riesgo, al trabajar de manera manual en una escarpada pendiente, siendo una labor compleja y agotadora debido a los desniveles que pueden superar el 30%, donde la mecanización es casi imposible por la discontinuidad del terreno.